Suena una canción que no se muy bien de que quien, tendría que investigar porque la verdad me gusta. Aunque hoy no es un día como para investigaciones. Probablemente tendría que sacarla ya mismo o sino la voy a arruinar, hoy es un día como para arruinar cualquier cosa que escuche. Hoy es uno de esos días. Esos días. Esos horribles días. Todos los días trato que no sea uno de esos días y acá estoy, terminando uno de esos. Día que día a día trato de evitar y que increíblemente van aumentando. Es increíble como esos tipos de días crecen en numero. Muchas veces son casi semanas de estas. Gritos, peleas y violencia. Lagrimas acá en mi cara y en la de mi madre. Siempre son las nuestras. Nunca los vi llorar a ellos. Entonces ¿ahora odio a los voy a amar mas tarde? Claro que si. Ellos me destruyen día a día, pedacito a pedacito, pero claro que si ahora me sonríen voy rendida a ellos. Pero días como estos son los que dejan marcas, marcas que una sonrisa no borran. Marcas que como cicatrices mal curadas, duelen y se estiran cada vez que sonrió ante la tensión de la piel estirada.
Y ahora probablemente vaya a mi cama, acostarme y llorar. Hasta que me pierda en pensamientos estos pensamientos horribles y comience a imaginar cosas lindas, cosas que me hacen sonreír. Cosas que no son, cosas que jamas serán.
Si, claro que elegí un día horrible para comenzar un blog. Nunca fui buena eligiendo momentos de todas formas.
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